miércoles, 24 de junio de 2009

UN POEMA DE AJEDREZ. Y EL DON JUAN DE FRISCH


Ese peón avanza con tal soltura

que nos hace pensar que llegando a esa línea

comenzarán sus alegrías y obtendrá sus recompensas.

Encuentra muchos obstáculos en su camino.

Los poderosos lanzan sus armas contra él.

Los castillos le acometen con sus altas almenas;

dentro de sus campos

veloces jinetes pretenden con astucia impedir su avance,

y por todos lados, desde el campo enemigo

la amenaza avanza contra él.

Mas sale indemne de todos los peligros

y alcanza triunfante la última línea.

Con qué aires de victoria la alcanza

en el momento exacto;

con qué alegría avanza hacia su propia muerte.


KONSTANTINO KAVAFIS

El Don Juan de Frisch no es el seductor sin escrúpulos de Tirso de Molina o de Zorrilla. Al contrario, su único interés es científico: el estudio de la geometría; su distracción, el ajedrez. Pero las mujeres lo acosan, lo persiguen, intentan conseguir sus favores a cualquier precio, y los maridos se ofuscan, malinterpretan lo que está sucediendo y le retan.

Y van muriendo uno tras otro, duelo tras duelo. Para liberarse de ese aciago destino, decide fingir su muerte. Escenifica su descenso a los infiernos. De esa forma, le creerán muerto y tendrá la tranquilidad suficiente para centrarse en sus estudios.La tragicomedia comienza el día que ha de celebrarse el matrimonio, concertado por su padre, de Don Juan.

Pero su progenitor desconfía de las verdaderas intenciones de su hijo quien, pese a todos sus esfuerzos, no ha conocido mujer a los 20 años.

En DON DIEGO TENORIO Usted conoce a la Celestina... La alcahueta más famosa de España... La que de cada obispo hace un cliente suyo, pero no de mi hijo. ¡Lo que gasté en ello!

Y si alguna vez llega a meterse en el burdel, juega al ajedrez. ¡No le interesan las mujeres!

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