miércoles, 15 de julio de 2015

TROMSO 2014 - COMO JUGAR UNA OLIMPIADA.

La proliferación de torneos rápidos,o sea los que dan menos de 90 minutos por jugador por partida, han bajado mucho la calidad de las partidas pero no necesariamente el gusto por competir, además de que facilita a muchos el seguir jugando ajedrez.


Uno tiene que adaptarse a los tiempos y mantener la flexibilidad para jugar torneos clásicos unas dos o tres veces al año y una veintena de torneos rápidos con cierta calidad. Eso significa casi tener dos repertorios de aperturas y dos programas de estudio, pues hay que estar preparado para dos tipos de ajedrez muy diferentes. La Olimpíada de Tromso ha sido mucho más interesante que la gran mayoría de torneos de grandes maestros habituales que uno puede ver en Internet. Como se enfrentan jugadores con desbalances grandes en rating, los jugadores de “elite” que están acostumbrados a competir con los mismos oponentes diez o veinte veces al año, de repente se enfrentan a jugadores de estilos muy diferentes y muy peligrosos. Por eso no es de extrañar que Carlsen, Topalov, Nakamura, Caruana, puedan perder en la OIimpíada con jugadores con 100 o más rating menos que ellos.



Carlsen puede perder más partidas en una sola Olimpíada que en diez torneos de “elite”. Pero en lo que toca a las aperturas, los jugadores sólidos, los que no tratan de ganar en la apertura, usan casi el mismo repertorio para ajedrez de diversas velocidades y se las arreglan para sacar con blancas muy ligeras ventajas, pero suficientes como para “exprimir” el limón contra GMs y que parecen terremotos con jugadores de menos de 2600. Con negras se contentan con llegar a medios juegos jugables y con contrajuego y todo lo ponen al medio juego y el final, que se preparan de manera igual para torneos clásicos y rápidos. 


Esos jugadores, como Carlsen y Kramnik, sobre todo este último, son excelentes modelos a seguir. Facilita mucho elegir las variantes el seguir un modelo, sobre todo si es tan académico como Kramnik que no juega a base de tratar de sorprender al otro en la apertura. 


En los tiempos del ajedrez clásico la recomendación era, considerando usar solo el 20% del tiempo reservado para el estudio general del ajedrez para dedicarlo a los estudios de la apertura, el crear el repertorio en base a un análisis de uno mismo, pero ahora con tanto torneo rápido necesitaríamos duplicar el estudio de aperturas, pues una que nos sirve para el ajedrez clásico, en el rápido no funciona. Por ello para simplificar, se puede seguir un modelo como el de Kramnik, que evita sorpresas en la apertura. Es cada vez más importante estudiar finales pues ahí se cosechan la mayor parte de los puntos. Carlsen lo sabe bien y más del 50% de su tiempo de estudio en ajedrez lo utiliza analizando finales y aún así no falta quien le llegue a ganar finales con mínima ventaja, como lo hizo el GM alemán en la séptima ronda de la Olimpíada de Tromso.


Volviendo a Kramnik, no me cabe duda que es el jugador más destacado de la Olimpíada y en la séptima ronda le hizo mucha falta a su equipo, que encajó su primera derrota por equipos y corría riesgo de no quedar en los tres primeros lugares del evento, siendo el favorito según el rating.