Esa mañana, David Chapman se levantó con la decisión tomada. no podía seguir así.
Abrió el cajón de su mesa de luz y sacó el revolver, miró por última vez el libro que había leído la noche anterior: El guardián entre el centeno, de Salinger.
Apoyó el cañón en su sien y disparó.
Esa misma mañana de diciembre de 1980, John Lennon abandonó su departamento en el edificio Dakota y se dirigió al estudio de grabación. A la noche, celebró junto a Yoko la terminación de su nuevo álbum.
—Imagina a toda la gente viviendo en paz —dijo.
Colaboración de Miguel Dorelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario