jueves, 13 de noviembre de 2008

OTRA CARTA DE HACE MUCHO TIEMPO.

Una más sacada del desván...

No me olvido de que hoy es tu cumpleaños. Aunque haya desaparecido, aunque parezca que se me haya tragado la tierra nunca podría olvidar que hoy cumples veintisiete años.
Te echo de menos. Hace ya seis meses que te pedí que no insistieras más, y hace cuatro que no sé absolutamente nada de ti. Yo fui quién te obligó a no formar parte de mi vida pero tienes que entenderlo, no podía más... Qué triste haber tenido que llegar a este extremo, qué pena no haber podido acabar como dos personas adultas... me duele mucho haber tenido que tomar una decisión tan dura, me hubiera gustado poder saber de ti de vez en cuando.
Pero tú no aceptabas que yo pudiera rehacer mi vida. Y yo te avisé, te di millones de oportunidades y te dije que el día que tomara una decisión sería para no volver a mirar atrás nunca más. Pero no te lo creíste, pensabas que tenías la situación bajo control y que a pesar de tus mentiras y traiciones yo siempre estaría ahí; hasta que yo cambié, y tú no fuiste capaz de perder con deportividad.Hace millones de meses que lo dejamos y parece que fue ayer... No puedo borrar de mi mente tantos años de mi vida sin más porque yo luché, sufrí y amé demasiado como para que desaparezcan tan fácilmente de mi corazón.Hay veces que te extraño tanto que parece que me tenga que explotar el pecho. Nunca hubiera creído que echaría tanto de menos un abrazo o una caricia. Pero está claro que, nos guste o no, la vida sigue para todos; y yo no voy a ser menos.Muchas veces pienso si encontraré otra persona que me haga sentir como lo hacías tú. Está claro que las personas amamos de formas distintas porque cada etapa, persona y relación es diferente, pero es difícil encontrar todas esas cosas en un solo yo.Y ya no quiero acordarme más de las cosas tristes. No quiero porque se me comen por dentro y ya no vale la pena. Quiero recordarte como a la persona que me hizo feliz, como a la mujer más importante de mi vida al día de hoy. Una vez dije que pasara lo que pasara te respetaría siempre por todas las cosas buenas que me habías hecho sentir, y pienso cumplir mi promesa: quiero recordarte como a esa niña dulce que me robó el corazón, no como nada más.Y aquí termina mi carta. ¿Sabes cuál es la cosa más triste? Que tú nunca podrás leerla porque nunca podré volver a hablarte, ni a tocarte, ni a abrazarte... porque me haces demasiado daño. He tenido que renunciar a lo que más amaba para poder salvarme.
Te quiero y te querré siempre, y aunque no pueda decírtelo espero que me guardes en tu corazón. Porque tú me completabas mi niña.

No hay comentarios: